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Del caso Sokal al caso Hirst

November 30th, 2008 by Seo

Alan Sokal escribió un artículo en 1996 titulado “Transgressing the Boundaries: Toward a Transformative Hermeneutics of Quantum Gravity” que consiguió que le publicaran en la por aquel entonces prestigiosa revista Social Text. Poco después de su publicación, el propio Sokal desveló algo de lo que podemos darnos cuenta con sólo leer el título: que el artículo entero era una chorrada sin ningún sentido. En realidad sí tenía un sentido, y es que Sokal pretendía, con él, ridiculizar y desprestigiar a los académicos de humanidades. No me extiendo más, pues la historia de Sokal, más allá de tener más o menos razón en su crítica ( personalmente creo que, como muchos otros, yerra al meter a tantísima gente en el mismo saco de la “postmodernidad”), es más que conocida, y sino vayan a wikipedia.

La cuestión es otra. Y es que podemos ver cierto paralelismo -salvando las distancias intencionales- con toda la polémica que ha levantado Damien Hirst últimamente. El controvertido “artista”, además de llevar sus obras directamente a una casa de subastas para evitar pagar a intermediarios, consiguió multiplicar el valor de una de sus ya sobrevaloradas -sobre todo económicamente, claro-  obras, para ser exactos la llamada For the love of God : una calavera recubierta de diamantes que podéis ver ahí arriba.  Poco después de hacerlo, reveló que había introducido en la subasta a varios conocidos, como su galerista neoyorkino, para que inflaran las pujas.

Hirst, como pretendió hacer Sokal -pues, repito, en mi opinión no lo consiguió-, ha tomado el pelo a toda una comunidad que ha perdido completamente el norte, mostrando que el arte contemporáneo es un gran mercado regido por el dinero como único criterio artístico y estético. Aún haciendo cierta analogía entre ambos casos, hay que reconocer esa distinción intencional que mencionaba antes. Y es que, mientras que lo que Sokal pretendía - muy altruistamente- era desvelar a quienes él consideraba unos farsantes, la intención de Hirst no ha sido otra que la de aumentar un poco más -y parece ser realmente difícil- su cuenta corriente. Todo lo demás ha sido un mero daño colateral, un simple accidente.

Posted in Cosas de artistas



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