Random Stuff » Blog Archive » Hoy: El valle inexplicable.

El título parece de película chunga de miedo, pero no van por ahí los tiros. ¿O quizá un poco sí? Lo cierto es que puede llegar a resultar espeluznante según se mire, pero como todo en esta vida, el tema del que voy a hablar forma parte de una lenta evolución tecnológica que (digo yo) un día llegará a perfeccionarse del todo.

El asunto es el siguiente; el valle inexplicable es un principio de la robótica que pronunció un tal Masahiro Mori en 1970, que viene más o menos a contar que nuestra respuesta emocional hacia un robot de aspecto humanoide va in crescendo cuanto más semejante sea a un ser humano, hasta llegar a un punto en el que inexplicablemente hace que sintamos rechazo. ¿Por qué ocurre esto? Bueno, cuanto más parecido es un “robot” a un humano, más sencillo es detectar los detalles que delatan a un individuo como “no humano”(digo “robot”, pero en los tiempos en los que vivimos podríamos hablar de modelos 3D como los que vemos en infinidad de películas). En el caso opuesto, la empatía que sentimos es mayor cuanto menos humana sea la naturaleza del individuo, ya que al ser tan “no humano” son sus facetas humanas las que son resaltadas.

Es por ello que cuando vemos a, por ejemplo, Shin-Chan, lo reconocemos como “niño”, siendo su aspecto totalmente diferente al de un niño humano. Sin embargo su naturaleza caricaturesca hace que obviemos los detalles superfluos y nos quedemos con la forma básica de un humano (piernas, brazos, cabeza, tronco) .Por otro lado, cuando vemos al Tom Hanks en 3D que apareció en la película “Polar Express”, o a la Angelina Jolie también en 3D de la peli “Beowulf”, no podemos dejar de sentir una cierta incomodidad al observar ciertos patrones que nos resultan fuera de lugar. Pueden ser movimientos poco naturales, expresiones del rostro muy hieráticas… el caso es que por muy realistas que puedan llegar a ser en imagen fija, cuando empiezan a moverse habrá momentos en los que nos rascaremos la cabeza y torceremos el morro porque algo no nos cuadra.

Una de las explicaciones de este rechazo puede ser que las personas reconozcan una serie de rasgos que considera propios de humanos enfermos, lo cual provoca el sentimiento de malestar inmediato por razones obvias. Sin embargo, en una revisión de la teoría comenta algo bastante curioso, y es que el mirar al rostro de un cadaver nos transmite tranquilidad (en teoría, siempre habrá a quien no le ocurra), cuando debería causarnos un rechazo total y colocarnos en el valle inexplicable.

This entry was posted on Friday, July 4th, 2008 at 1:07 am and is filed under Diseño Gráfico. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

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